Un trocito de historia del pueblo donde resido, GÜEVÉJAR
Si hay un pueblo que ha sufrido los zarpazos trágicos de la
madre naturaleza, por dos veces, el primero en el terremoto de Lisboa el 2 de noviembre
1755 y que destruyó gran parte del pueblo. Y el más grave el 25 de diciembre de
1884 cuando el terremoto de Arenas del Rey, se abrieron grietas tan grandes que
no dejó piedra sobre piedra hasta tal punto que se desaconsejó la
reconstrucción del pueblo, ese es Güevéjar. Este municipio constituye en sí
mismo el vivo retrato de la supervivencia.
Desde entonces se ubica en la Sierra
de la Yedra, sobre un terreno más firme y seguro. Los restos de la inicial
villa, mudos testigos del enfado de la naturaleza, aún están presentes en el paraje conocido como Peñón de Bartolo y se pueden ver a poca distancia de su nuevo emplazamiento.
Evidentemente su configuración actual no tiene nada que ver
con la de sus orígenes, hay vestigios antiquísimos de su existencia, siglos
VIII, VII a. C. fue alquería mora (al-qarya Wabasar), según nos cuenta Ibn al-Aljatib, ya que su
nueva estructura responde a los cánones urbanísticos del siglo diecinueve,
calles rectas, cruces perpendiculares, una retícula pequeña pero bien trazada.
Restos del antiguo poblado.
Las imágenes están tomadas en un corto espacio de tiempo, unas dos horas aproximadamente, iluminadas con linterna de led frío pero equipada con una gelatina CTO de un paso. Temperatura de color en cámara 2880 grados Kelvin
Aquí todavía tenia un poco de luz
Esta otra esta tomada un poquito más tarde, en la hora azul.
Me gustó esta edición en tonos sepia, tal vez más acorde con el lugar.
Y esta ya es completamente a oscuras.
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