Cuando el sol se oculta


No llores por que el Sol se oculto pues la lagrimas no te permitirán ver las estrellas.


Cuando el sol
      acaricia el horizonte 
      y la brisa se esconde
      a dormir en la penumbra de las dunas,
      poco antes de que lo oscuro
      te acune y te proteja,
      en el mágico intervalo de minutos
      en que el día se viste
      con el negro hondo de la noche,
      entonces, mi mar, entonces,
      me sobran las palabras
      y me hago de espuma y de salitre...




Entonces,
      tus murmullos monocordes y constantes
      son todo lo que quiero y lo que amo:
      y sé que soy,
      y sé que siento,
      y sé que vivo
      en un maridaje secreto y relajado
      con historias de marinos y de peces
      que juntan magia en tus orillas.





Entonces,
      desde esta orilla que me dieron
      con fortuna y sin angustias,
      dejo llorar los sentimientos
      que me hermanan con el mundo
      impotente y revanchista,
      plácido y rencoroso,
      ofendido,
      soñador,
      esperanzado...



Poema de Luis E. Prieto




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